“Lo que no se dio, lo que no fue como quise, lo que simplemente no se conectó, terminó siendo lo que necesitaba. Terminó siendo mejor”. Así es como cerré el año, con una frase que brotó desde la honestidad de las heridas de guerra que tuve este año.
Los últimos días de Diciembre, mientras estaba con una pluma en mano, y enfrente de mi un cuaderno esperando a que le cayera la tinta para finalizar este año, me percaté del tiempo que he invertido planeando lo que se suponía que sería mi vida cada nuevo año, y llegaba al inicio del libro en blanco con un listado largo de propósitos con pinta de dictámenes sobre la nueva persona que debería de ser y una carga de expectativas al año que entraba. Y una vez que se comenzaban a redactar esas páginas borrando aquel listado de metas y expectativas con la realidad, entonces mi corazón se llenaba de decepción.
¿Cuál era realmente el daño si mis metas este año cambiaron porque así se conectó el destino? ¿Por qué me obligaba a ser una persona nueva si la vida misma se ha encargado de orillarme a trascender? ¿Qué tenía de malo la persona que fui durante los días de esos 12 meses que ayudaron a ser quien soy hoy, en este momento? No he sido perfecta, ni mucho menos, pero sé que he sido valiente para enfrentarme a los sucesos que acontecieron en los días que crearon esta parte de mi historia. Y con eso quiero quedarme para comenzar un nuevo libro, con la voluntad con la que me atreví a ser parte de lo que ocurría y no mostrarme ajena, transformando la resistencia en intención y sin miedo ir quitando las envolturas a los capítulos que se fueron redactando día con día.
He decidido abandonar los propósitos y llenarme de intenciones.
Mi intención es dejar lo que no fue, lo que ya no necesito, la resistencia y la expectativa, y llevarme lo que fui, lo que me atreví a ser, llevarme la valentía, el amor que recibí y las letras que se escribieron, lo que se quedó conmigo y que todo esto me siga en mi nuevo camino.
Desconozco si este año esté destinado a ser ordinario, extraordinario, caótico, sorprendente, sencillo, o una revoltura de adjetivos, pero mi intención es entrar a este capítulo con los brazos abiertos para descubrirlo. Abrirle las puertas a lo que se dará, en esas misteriosas 365 páginas blancas que vienen a sacarme la tinta del pecho para redactar mi historia. Al escribir esto, pienso en una estrofa de un poema de Mario Benedetti: “Todo fascina/todo atrae son historias con algo de primicias y en lo desconocido nos seduce el cargamento de las novedades”. Y a este nuevo misterio junto con su extensiva incertidumbre ya le he tomado la mano.
De lo único que tengo certeza es que la vida me ha dado simplemente lo que necesito y que, en los últimos años, en cada año siempre encuentro un balance, porque la alegría y el dolor pueden coexistir, así como mi versión del pasado y la que en este año se desenvolverá.
Mi único deseo este nuevo año es que mis ganas de comerme la vida y saborearla cada instante no se me acaben nunca, y que siempre exista este espacio donde yo pueda compartirte a que me sabe cada día.
Llena de intenciones,
Miroslava.
This one indeed comes from within. I felt it – as though it was my life too – unwrapping itself each day – a new gift – a new adventure. Good work. Keep writing
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Que me seduzca lo desconocido.
Ya empezó la historia de 2022
Espero muchos escritos como este para que formen parte de lo que me va a seducir.
Gracias
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