La mujer que aprendió a amar(se)

¿Quién es esa mujer?

Es esa mujer que aprendió a reconocerse, aprendió a admirarse. Es aquella que dejó atrás esos sentimientos de insuficiencia y comenzó a empoderarse de quién es y de quién llegará a ser.

Es esa mujer que baila sola porque aprendió que no necesita estar acompañada para sentirse segura de sí misma.

Es la que aprendió a ver más allá de sus errores y descubrió su capacidad de amar.

Es aquella que dejó de sentirse invisible y empezó a brillar. La que reconoce la magia que existe en ella y la esparce por todo su entorno.

Ella, la mujer que se ama, es la que aprendió a no dañar su cuerpo, ve más allá de sus imperfecciones porque empezó a amar y cuidar cada parte de él.

Es esa que va por la calle sonriendo porque lleva la fuerza de doscientos guerreros en ella, un corazón ardiente y apasionado.

Es aquella que se liberó de las cadenas que no le permitían ser ella misma porque aprendió que no hay motivo ni razón para ocultar cada parte de su esencia.

La que aprendió a perdonarse porque culparse solo la dejaba dolida y estancada.

Esa loca apasionada que lucha por sus ideales, que no se queda callada, que quiere ser escuchada. La que no se rinde y sigue aun a pesar de cientos de caídas. Ella está de pie, no la define su pasado, no la define la adversidad, ni lo que ha vivido sino en qué lo transformó.

El miedo la motiva a atreverse a todo.

Esa que va despeinada, arreglada, enojada, feliz, triste, empoderada, desesperanzada , es ella, la mujer que se ama y que ama , es ella la que no oculta sus emociones porque no hay porque esconder lo que uno siente.

Es esa, esa alma libre que puedes observar pero que no se deja atrapar porque vivía atrapada en ella misma, y decidió volar y nunca jamás quiere volver a estar enjaulada. Vuela a pesar de tener las alas rotas.

La que aprendió a reír aun y cuando no había más motivos, siempre encuentra uno.

Esa mujer que acepta que es bella, guapa, y no se siente culpable por decirlo ni reconocerlo.

Que se siente orgullosa de sus logros y del camino que ha recorrido.

Es ella, esa obra de arte, que le dejó de tener miedo, miedo a sentir y a vivir por no ser lastimada. Es esa que se arriesga y que sabe que las cicatrices que la adornan son solo gajes del oficio, el oficio de vivir. Muestra las cicatrices que lleva con ella, las decora con flores, hace de su sufrimiento versos y canciones.

Reconoce que es arte y que nadie le puede quitar su única esencia.

La mujer que aprendió a amarse, aprendió a bailar con sus demonios, los aceptó, y lo único que hizo eso fue hacerla más fuerte.

Es esa mujer, que la resiliencia abunda en ella, porque ha recibido una inmensurable cantidad de golpes y caídas pero jamás se rindió, en cada caída ella repara su alma.

La mujer que está llena de fuego, de pasión, de locura y de fuerza, Es ella, eres tú, somos nosotras, las mujeres que aprendimos:

A amarnos y a amar

A empoderarnos y pisotear nuestros miedos

A nunca rendirnos y a luchar por lo que queremos

A romper paradigmas y esquemas

A compartir nuestra luz en este mundo falto de amor

Hoy, tú eres la mujer que aprendió a amar(se).

Con amor, Miroslava.

4 comentarios sobre “La mujer que aprendió a amar(se)

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