Mente en Letras

Creo que todo comenzó cuando tenía unos 10 años o tal vez antes. Tal vez en una de mis vidas pasadas, no podría decirte con certeza en que momento pero en esta vida todo comenzó cuando mi mente sentía que se comenzaba a desatar una tormenta de pensamientos y cuestionamientos en ella.

Una de mis autoras favoritas, Rosa Montero, denominó a este fenómeno como “la loca de la casa”. Define así a la inquilina o inquilino que vive dentro de nuestra mente y se dedica a acomodar los pensamientos más disparatados en escritos, en novelas, en ensayos, en poesías, en cualquier tipo de género literario.

A los 10 años puse en renta un cuarto en mi cabeza y ahí se mudó mi fiel confidente. Tal vez al leer esto pensarás que la loca soy yo y no lo que pretendo hacerte creer que habita en mi cabeza. Pero como el escritor austriaco  Roberto Musil dijo “Porque sólo los locos, los desequilibrados y los maniáticos pueden resistir largo tiempo al fuego del entusiasmo” y bueno ya han sido 11 largos años que mi “loca de la casa” me acompaña.

Fue así, en un día como hoy, en el que estoy tratando de explicar cómo comenzó mi pasión por escribir todo lo que da vueltas por mi mente.

Tome un papel y una pluma y comencé.  No será posible que recuerde que escribí la primera vez que lo hice pero si recuerdo que sentía, porque es algo que siempre está conmigo desde ese día.

Un día en donde todo parecía frio y sin sentido, cuando la realidad no me hacia sonreír por ningún motivo encontré confort en la pluma y el papel. Otro día en el que entré en un frenesí  en donde la vida me parecía tan asombrosa y para no estallar en pedazos de emoción por toda mi casa, decidí tomar un cuaderno viejo y derramarle cada palabra llena de emoción que salía de mi pecho.

Creo que la escritura ha estado conmigo desde hace tanto tiempo que ya es parte de mi esencia. Desde muy chica me ha ayudado en momentos en donde no lograba comprender los sucesos que acontecían  mi vida, donde el dolor de mi corazón quería gritar y formular ecos,  gritaba escribiendo. Cuando el mundo me parecía aburrido, cuando las preguntas existenciales no hacían sentido, cuando me sentía fuerte y orgullosa, hambrienta de vida, lista para comerme al mundo; la escritura estaba ahí para que cada sentimiento se quedara plasmado para toda la vida.

El deseo vehemente de llenar cuadernos, hojas, con mi mente en letras comenzó así. La escritura ha sido  el canal para comunicarme con mi alma, para entender lo que necesitaba, para sanar mi corazón, para dejar plasmada mi emoción, para compartir los colores con los que veo el mundo, sus seres, las emociones.

Pensando en que escribir me topé con una frase de Milan Kundera de su libro “La insoportable levedad del ser” que me gustó  bastante,  “Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse memoria poética y que registrará aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida” y pude comprender ese trance en el que entro cada vez que me encuentro en un lugar y las palabras surgen sin pensarlo, sin filtrarlo, sin borrarlo. Envolverme en cada palabra que nace de mi corazón y sentirla profundamente, algo tan íntimo, una conexión con uno mismo.

Todas nuestras vivencias tienen una manera hermosa de evolucionar y desenvolverse, sean tristes, angustiantes, felices. Hay belleza en cada una de ellas y plasmarlas en palabras es un sentimiento inexplicable.

Escribir es inefable.

La escritura te consume en este viaje en donde todo es más allá de lo que simplemente es  o pareciera ser.  Ver los ojos de alguien y escribir unos versos, donde existe una piel llena de lunares poder ver un mar de constelaciones,  recordar un momento y narrarlo como si lo estuvieras reviviendo, es comprender las emociones por las que pasa cada ser humano en este inmenso universo, es compartir pedazos de tu alma al mundo entero y que alguien te pueda decir –Si, así me he sentido.

Escribir es encontrar partes de ti que desconocías en un verso, en un ensayo, en un personaje.

Es hacer del sufrimiento arte.  Es convertir al ser humano y sus imperfecciones en una estrella danzante en el caos. Es sacar del  alma lo que  quiere transmitirte. Escribir nos permite crear, darle un sentido a nuestra realidad.

La escritura es el arte del cual mi ser se ha enamorado perdidamente.

Dicen que cada cabeza es un Universo, bienvenido al mío.

Bienvenido a mi mente en letras

Con amor, Miroslava

2 comentarios sobre “Mente en Letras

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